Midori, la niña de las camelias o Shôjo tsubaki: Chika gentô gekiga, la creación más conocida del maestro del ero-guro Suehiro Maruo, consta de 3 adaptaciones hoy en día, Manga, Anime y film live action.
El anime fue animado por Hiroshi Harada, al menos el pobre hombre lo intentó, aunque no le salió muy bien la cosa (no por eso promete menos). «Midori» se estrenó por primera vez en el 92 en Tokio con una duración de unos 54 minutos, pero esa fue la primera y última vez que se pudo ver el anime al completo.
En la versión actual aún perduran escenas explicitas de su primera adaptación, lo que no sabemos es que contenían esos 6-7 minutos que faltan ya que debido a que las autoridades japonesas le destrozaron todo el material animado y el bajo presupuesto de éste, Hiroshi tuvo que buscarse la vida solito y lógicamente todas las escenas no están, de ahí que el anime sea más corto de lo que tenía que ser y de una calidad bastante pésima para ser de los 90, más bien parece de los 70. Curiosamente es posible que haya personas que crean que el animador de «Midori» es Hisaaki Etsu, pero es que en realidad ese es el nombre que adoptó Hiroshi Harada para estar en el anonimato.
En el Live action tenemos a la modelo Risa Nakamura que a sus 27 (ahora 29) años adaptaría el papel de Midori, Dirigida por Torico y el conocido Takeru Satoh conocido por su papel de Kenshin Himura en el live action de Rurouni Kenshin. Esta adaptación es la más larga, con 91 minutos en los que intercalan imágenes animadas que nos hará diferenciar la vida real de la fantasía. Personalmente, me gusta más el anime, no sé si es por toda su historia y por que es más fiel al cómic, pero aún así el live action lo disfruté igual.
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¿De qué va «Midori, la niña de las camelias»?
Midori es una niña de doce años que debido al abandono de su padre se ve obligada a dejar la escuela y salir adelante con el peso de cuidar de su madre enferma vendiendo camelias por las calles.
Un día, después de no haber vendido ni una flor se encuentra con un hombre de aspecto elegante y con sombrero de copa conturbado por la situación de la niña, decide comprarle todas las flores que tenía. Además, le indica donde lo puede encontrar en un futuro si la niña algún día necesitaba su ayuda.
Con toda la emoción, Midori va corriendo a su casa para contarle a su madre lo sucedido y se la encuentra muerta en el suelo y siendo comida por ratas.
A raíz de la pena que siente por la soledad que le invade en ese momento, toda la situación, abandono, soledad, pobreza, la muerte de su madre decide ir a por ese hombre tan bueno que le compró las flores para pedirle ayuda. Esto podría haber sido el final feliz de una niña de 12 años quien lo único que necesita es ser feliz, atención y pasarlo bien, pero no. A partir de aquí todo cambia.
Si a la pobre Midori ya le había ido mal en la vida desde el abandono de su padre, el haber contactado con este hombre lo único que le había hecho conseguir es adentrarse en el mismísimo infierno, El circo de los perturbados. Hombres gusano, momia, mujer serpiente… todos unos malvados que abusarían de ella y destruirían su infancia más de lo que ya estaba.
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Lógicamente, no voy a contaros toda la historia, no sé si la habéis visto, leído, pero os puedo decir que me perturbó bastante a nivel personal.
El estilo de Suehiro Maruo, para mi es uno de los estilos que más admiro, está entre mis predilecciones. Se conocen algunos artistas dentro del ero-guro pero bajo mi punto de vista, ninguno tan potente como S. Maruo.
No lo compares con ningún manga sangriento, no importa la sangre que hayas visto, cuantas vísceras y granos de pus reventando salgan, Midori, realmente te hará pasarlo mal si entras al 100% en la trama de la historia.
Agujero Infernal 
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